Río Tinto.
Acudimos a RÍo Tinto por cuestiones de trabajo, pero… de vez en cuando se nos dispara la cámara y…
Existen lugares por los que hay que caminar por que son imposibles de imaginar.
A veces visitamos lugares por su arquitectura vanguardista, nos gustan las posibilidades que abren en nuestro trabajo.
En otras ocasiones nos sorprende la naturaleza, por que hay paisajes que ningún hombre sería capaz de haber creado.
Paredes de agua verticales con formas atrevidas aparecen cuando positivamos.
En Río Tinto las formas del agua, la tierra y la madera se confunden y nos regalan imágenes.
Tonos amarillos, intrusos que enriquecen al río que no los lleva en su nombre.
Y de vez en cuando aparecen pisadas que nos recuerdan las de Neil Armstrong cuando dejo las primeras huellas humanas en la Luna.
Contrastes que viven en el rojo de las aguas.
Hay que volver para que la cámara no tenga que disparar sola.
Para no tener que aprovechar el tiempo que nos da la escasa movilidad de las novias con el traje de boda.
Debe de ser un gozo poder caminar por sus orillas y fotografiarlo con tranquilidad.
Huelva da para mucho, sin duda intentaremos volver.
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